Crisis de Occidente contra Irán
Madrid, 11 de Mayo del 2006
Crisis de Occidente contra Irán.
Mucho se ha hablado de la "Crisis de Irán", término que utilizan algunos grupos como una estrategia mediática que pretende crear el escenario propicio para ganarse la voluntad de la opinión pública ante posibles acciones militares, utilizando argumentos generales de seguridad global a los que, en primera instancia, resulta difícil estar en desacuerdo.
La realidad es que no se trata de una crisis Iraní sino de una crisis de occidente ante las aspiraciones nucleares iraníes. En el seno de la cúpula gobernante iraní no hay crisis, al contrario se respira una fuerte sensación de unidad y respaldo hacia el presidente Ahmadineyad, que va desde la máxima autoridad del país el Ayatolá Alí Jamenei hasta la oposición liderada por el expresidente Alí Akbar Hachemí. Esta unidad confluye en la determinación del pueblo Iraní por ingresar al club mundial de la energía nuclear, aspiración que inició hace algunas décadas con la ayuda de Rusia.
Independientemente de que muchos analistas pro-occidentales tachen al presidente Iraní Mahmud Ahmadineyad como un personaje obtuso e irracional- relacionándolo a sus más recientes homólogos defenestrados en Oriente Medio y aprovechando la fobia terrorista diseminada en el mundo- éste no esta loco, ni su gobierno está llevando acabo una estrategia irresponsable; al contrario, goza de un gran mérito que es el de aprovechar la desgastada situación política Estadounidense y su habilidad de maniobrar en el terreno de la opinión pública promoviendo el nacionalismo iraní y proyectando una legítima y noble utilización de la energía nuclear en una cínica faceta de diplomacia cooperativa que pretende dejar sin argumentos a sus detractores, o bien ganar tiempo es su desbocada cruzada nuclear. (Ejemplo de esto es la carta enviada al presidente Bush)
La realidad de las cosas es que a pesar que el presidente iraní tiene de su lado varios argumentos legítimos de peso -en términos del beneficio para su pueblo como lo es el desarrollo que supondrá la energía nuclear y su derecho al igual que tantos países a poseerla- que respaldan la posición desestabilizadora que está asumiendo y apartando el teatro mediático que confunde a los más ingenuos, son conocidas las intenciones de los líderes persas por hacerse con la tan nombrada bomba atómica, logrando así un equilibrio de terror que durante decenios ha demostrado ser la mejor garantía de paz.
Por su parte el bloque liderado por Estados Unidos recurre cínicamente al argumento del Tratado de no Proliferación Nuclear, que establece las normas para que un país desarrolle energía nuclear, como lo son la aceptación de las inspecciones de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, condiciones totalmente cumplidas por Irán, que a diferencia de sus vecinos como Pakistán, India, Israel y Corea del Norte quienes tienen armas nucleares y no han firmado el TNP. El caso particular de Israel quien aparte de que no ha firmado dicho tratado, también viola la resolución 687 del Consejo de Seguridad de la ONU que se estableció tras la Guerra del Golfo, en 1991, de que todo Oriente Medio fuese una “zona libre de armas nucleares y de destrucción masiva”.
Por otro lado, la vigencia de dicho tratado dejó de respetarse hace tiempo por las mismas potencias que lo suscribieron, por un lado, porque ha aumentado el número de Estados con armamento nuclear: India, Pakistán, Israel y Corea del Norte, pero sobretodo porque lejos de avanzar se ha retrocedido en el desarme nuclear de los países que lo firmaron. Más grave aún, se ha violado el artículo segundo que prohíbe facilitar a otros Estados la tecnología para el desarrollo de estas armas, cuando lo cierto es que todos los nuevos Estados nucleares la han adquirido de alguna de las cinco potencias.
Para la visión Islámica, el contar con dicha arma representa una herramienta de negociación y seguridad que devolvería la hegemonía a Oriente Medio, sobretodo bajo el contexto actual de invasiones "arbitrarias" por parte de Estados Unidos a países árabes y tomando la experiencia de Irak quien fue invadido, precisamente, por no tener armas de destrucción masiva. Digo arbitrarias porque se ha demostrado que los motivos de las invasiones no son los que se proyectan en los medios. Un ejemplo lo expone el antiguo ministro de Hacienda y luego de Exteriores de India, Yashwant Sinha, quien ha hecho hincapié en que "las tres razones que condujeron a los anglo-norteamericanos a invadir Irak, posesión de armas de destrucción masiva, exportación de terrorismo y ausencia de democracia, las tres encajan perfectamente en Pakistán", el mejor aliado de Estados Unidos en la región.
Todo parece indicar que la invasión a Irán será inminente, ya que para Estados Unidos, esta vez apoyado por la Unión Europea, es inviable la opción de lidiar con un Irán Atómico ya que supondría la amenaza constante un ataque nuclear a Israel. El perder la supremacía militar en el medio Oriente significaría en el mediano plazo el fortalecimiento de los regimenes musulmanes antiamericanos, y con ello la pérdida de control sobre el petróleo y la proliferación del terrorismo, entre otras cosas.
Por parte de Irán, quien en múltiples ocasiones ha confirmado su irreversible decisión de enriquecimiento de uranio, las amenazas de sanciones por parte de occidente significan un costo que parece estar dispuesto a correr, no sin antes enseñar sus poderosas armas que incluyen el retirar parte de su producción de crudo de los mercados mundiales afectando significativamente las economías occidentales y suprimir todas las exportaciones de petróleo a uno o dos aliados de EEUU sometidos a dependencia energética como Japón; También se encuentra organizando otro ejército militar cerca del Estrecho de Ormuz para recordar al mundo que llegado el momento sería capaz de detener toda la navegación de entrada y salida en el Golfo Pérsico; Puede contribuir al caos en el vecino Irak si abastece a sus aliados Chiíes; Puede apoyar tanques contra Israel a través de terceros, como Hezbolá y la Yihad Islámica Palestina; Incluso tiene reclutados a miles de terroristas suicidas preparados para atentar contra objetivos estadounidenses y británicos en respuesta a un ataque militar, como anunció el pasado 16 de Abril después de un desfile militar en Teherán donde desfilaron luciendo bombas amarradas al cuerpo.
Colocándonos en los zapatos del pueblo iraní es entendible que por su petróleo, ideología y ubicación se sienta vulnerable y quiera armarse al mismo tiempo que generar fuentes alternativas para su pueblo que fortalecerían su economía; también es entendible que Estados Unidos quiera seguir gozando de su supremacía militar y su capacidad de "persuasión" en medio oriente que le otorga su desmesurado arsenal y el dominio de importantes recursos en la zona. Lo que no se puede entender son los argumentos con los que el gigante y violento Goliat fuertemente armado pretende imponer a los débiles su autosometimiento para que no se armen, y aún así quedar como el bueno de la película.
El futuro augura aires de cambio. Los países se han percatado que la mejor defensa es la amenaza de una respuesta y tarde o temprano Irán y otros países se armarán con armas de destrucción masiva sumergiendo al globo en una pacífica tensión a la que nos tendremos que acostumbrar, siempre con el riesgo que el frágil equilibrio sucumba ante los odios antañamente cosechados precisamente por este tipo de desigualdades.
El Redactor.
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